El cambio climático no espera.
Conscientes de la urgencia de la situación, los gobiernos, las organizaciones, las empresas y grandes corporaciones también se han sumado al reto de ser cada vez más sostenibles.
Uno de los ejes centrales de la sostenibilidad es la energía.
En la Unión Europea se tomaron medidas para pivotar hacia la generación de energías renovables, como la eliminación progresiva de los hidrocarburos y el cierre paulatino de las centrales nucleares.
Pero el COVID y posteriormente la invasión de Rusia han dado al traste con esos planes; las centrales térmicas de carbón han vuelto a la actividad, las plantas generadoras de ciclos combinados siguen quemando gas y hemos sido dolorosamente conscientes de la dependencia del petróleo ruso.
Para poder sustituir esa energía altamente contaminante, se ha apretado el acelerador de la transición energética y hoy por hoy, tanto las empresas como los gobiernos están invirtiendo cantidades brutales de dinero para construir plantas que provean de energía renovable, sobre todo eólica y solar.
Energía verde VS Energía renovable
La cada vez más estricta normativa medioambiental y la demanda por parte de los consumidores de una forma de energía alineada con sus valores de sostenibilidad y responsabilidad, han provocado una demanda brutal de la energía verde.
¿Pero es lo mismo energía renovable que energía verde?
Lo cierto es que no. Partiendo del hecho de que ninguna energía es 100% limpia, es decir, 0% emisiones, tenemos que distinguir entre energía verde y energía renovable.
Las energías renovables son aquellas que tienen muy pocas emisiones y que provienen de fuentes inagotables o que se renuevan de manera natural en la naturaleza. Son la energía eólica, la solar, la hidráulica, la geotérmica y la biomasa.
Las energías verdes son aquellas que producen muy pocas emisiones, pero no tienen que ser necesariamente renovables. La energía nuclear, de hecho, ha sido catalogada por la Unión Europea como energía verde.
¿Cómo saber entonces si la energía que recibes en tu casa o negocio es verde?
Si hacemos caso a la publicidad de la mayoría de comercializadoras, prácticamente la totalidad de la energía que estaríamos recibiendo es energía verde. Eso de por sí ya es imposible, porque hoy por hoy tan sólo el 40% de la energía que se produce en España es renovable.
La única manera de realmente confirmar que la energía que estás pagando proviene de fuentes renovables es que tu empresa comercializadora tenga lo que se denomina garantía de origen de la energía.
¿Qué son las garantías de origen?
La garantía de origen es una certificación emitida por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que avala la cantidad de energía que se ha producido proveniente de fuentes renovables. Las comercializadoras pagan por obtener estas garantías que certifican que su energía es 100% verde.
Demandar a tu comercializadora dichas garantías, es la única forma de asegurar que estás pagando por energía verde.
Que la estás pagando, no que la estás consumiendo. Porque en el pool energético, se vuelcan tanto las energías renovables como las que no lo son, por lo que cuando se distribuye, puede que estés encendiendo la luz con energía producida por el sol o producida por una nuclear.
¿Para qué sirven entonces las garantías?
Para incentivar la producción de energía renovable. Cuanta más demanda haya de estas energías, más se producirá y menos dependeremos de los hidrocarburos.
Hace unos años, estas garantías eran muy baratas y las comercializadoras asumían su coste.
Hoy, su precio se ha multiplicado exponencialmente. ¿Por qué?
Te lo contamos en el próximo post. ¡No te lo pierdas!