Desde mediados de 2021 y tras el estallido de la guerra en Ucrania, la Unión Europea sufre una crisis energética brutal. Los precios se han disparado y los Estados miembros han tenido que tomar medidas para garantizar el suministro.
Ante la volatilidad de los precios, la incertidumbre que empapa al sector energético desde hace ya unos años, y la inestabilidad de las relaciones con los países proveedores de energía, los ministros de Energía de Europa llegaron en septiembre a un acuerdo para intervenir el mercado de la electricidad.
Actualmente, el precio de la electricidad se fija mediante lo que se denomina un “sistema marginalista”, es decir, la fuente de energía más cara en la oferta de cada momento sería la que fijaría el precio del conjunto; aunque en ella haya energía de fuentes más baratas, como son las energías renovables o la energía nuclear.
Para actualizar este sistema y adaptarlo a las circunstancias presentes, la Comisión Europea presentó su propuesta de reforma del mercado eléctrico con los siguientes objetivos:
- Proteger a los consumidores de la volatilidad de los precios, amortiguando el impacto de las fuertes variaciones en el precio de los combustibles fósiles.
- Abaratar el precio de la energía y que los consumidores se beneficien de los bajos costes de las renovables.
- Dar certidumbre y más visibilidad a generadores y consumidores.
- Acelerar la transición energética, incentivando las renovables y reducir la dependencia del gas.
Las propuestas de la Comisión Europea para reformar el mercado mayorista de electricidad.
Para cumplir con estos objetivos, la Comisión Europea propone una serie de medidas, entre las cuales destacan:
- Incentivar los contratos a largo plazo entre una empresa eléctrica y un comprador privado para evitar la volatilidad de los precios.
- Permitir que los países ofrezcan precios minoristas regulados para consumidores domésticos y pequeñas y medianas empresas (pymes) en caso de crisis.
- Fomentar el autoconsumo concediendo la posibilidad al usuario de vender sus excedentes de energía, no sólo a su proveedor, sino también a otros usuarios, como puede ser por ejemplo a un vecino.
- Mejorar la integridad y la transparencia del mercado energético ejerciendo una mayor supervisión con el fin de proteger la competitividad y la fijación de precios justa.
Además, con esta reforma, que forma parte del Plan Industrial del Pacto Verde, se pretende acelerar la transición energética fomentando el consumo de energía no fósil en la industria.
Ya se han escuchado las primeras críticas a la propuesta que denuncian que no se trata como tal de una reforma, sino tan sólo de una evolución del sistema actual, sin cambios significativos y mucho menos profunda de lo que en realidad se necesita.
¿Por qué? Porque se mantiene el sistema marginalista de fijación de precios y además no se establecen precios regulados para las instalaciones nucleares o hidráulicas que ya están amortizadas.
La propuesta del Gobierno Español para la reforma del mercado mayorista de electricidad.
La ministra Teresa Ribera ha organizado una serie de encuentros y reuniones con el sector energético español para desarrollar una propuesta con la que aportar una visión propia de la reforma del mercado mayorista. Grosso modo, podríamos resumir dicha propuesta en cuatro puntos:
- Establecer un precio fijo y regulado para la energía nuclear e hidráulica con el fin de alejarlas de los vaivenes del mercado.
- Cada país debería poder intervenir en su propio mercado.
- El precio de las energías renovables más conocidas (solar y eólica), se fijaría mediante subasta, lo que las dejaría fuera de la inestabilidad del mercado mayorista de electricidad.
- Para evitar que el precio del gas se fije en cada franja horaria según el mercado, se propone compensar a los productores por el volumen de gas vendido, que se complementará con una prima por disponibilidad, es decir, por tener suministro en el caso de una necesidad de demanda.
De momento la propuesta de la Comisión Europea aún está pendiente de elaborar una versión final consensuada por los 27. No es fácil, puesto que cada país tiene prioridades y necesidades distintas. De momento está prevista su aprobación para 2024, puesto que la reforma es esencial para conseguir dos objetivos claves para el futuro de la Unión Europea: la neutralidad climática y la soberanía energética.
Mientras aprueban o no esta reforma, si estás cansad@ de hiperventilar cada vez que te llega la factura de la luz, contacta con nosotros. Escríbenos y hablamos.